Es más frecuente recibir a nuestros invitados en una sala de celebraciones, restaurantes, cafeterías, etc… En definitiva aquellos lugares que por sus dimensiones o características hacen posible poder recibir a un mayor número de invitados. En este caso se reducen sustancialmente las acciones del anfitrión. Hoy en día, invitar a casa es querer indicar a nuestro invitado que le damos un trato muy especial y cercano.
Por tanto, ese trato especial tiene que verse reflejado en cada detalle. Debemos hacer sentir cómodos a nuestros invitados, tanto como en su propia casa.
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